El primer lugar donde experimentamos el amor de Dios es en nuestra familia, también definida como la iglesia doméstica. Pero, ¿qué pasa cuando esa experiencia no es positiva?.Nuestra segunda familia es nuestra parroquia, ¿qué sucede cuando no encontramos gracia en nuestra comunidad parroquial?Durante esta sesión vamos a hablar sobre puntos prácticos que podemos usar para permitir que nuestras familias y nuestras parroquias se dejen amar nuevamente por Dios.