¿Cómo nos aferramos a Dios en medio de las realidades presentes “HASTA” que Jesús regrese? ¿Estamos dispuestos, trabajando, esperando, “HASTA” que Jesús regrese como prometió? Estamos en deuda al plan y propósito de Dios? ¿Creemos que el poder del Espíritu Santo nos sostendrá?